La dinámica de la Halajá (Ley Judía)

La dinámica de la Halajá (Ley Judía)

Si tenemos que definir Judaísmo, la mejor opción es una forma de vida. Como tal, el mismo tiene una filosofía de pensamiento (ashkafá) y un conjunto de normas de conducta (halajá). Ambas establecidas por la Torá.

El pueblo judío recibió la Torá en el Monte Sinai en el año 2448 del calendario judío (al escribir esta nota nos encontramos en el año 5776). La Torá contiene una sabiduría infinita que está distribuida en dos secciones: la escrita (que podemos leer en el Sefer Torá – los cinco libros de Moisés) y la oral (que hoy encontramos compilada en el Talmud y todos los libros posteriores).

En la Torá encontramos la legislación sobre miles de casos pero todos son ejemplos aparentemente antiguos (de la época en que se redactó la misma); toros que cornean, velas de aceite, viajes en barco y similares. El avance de la civilización provocó que en la actualidad existan miles de casos que Moshé (el primer rabino de la historia, quien recibió la Torá de parte de Dios), no podía ni remotamente llegar a imaginar.

Algunos ejemplos: ¿Quién es la madre legal de un hijo nacido por alquiler de vientre? ¿Se puede usar el teléfono en shabat? ¿Cuándo empiezan las fiestas estando en el espacio exterior? ¿Se llama escribir a la acción de apretar las teclas de un teclado? ¿Quién tiene la culpa en un accidente automovilístico?

¿Cómo es entonces que un código de leyes de más de 3000 años de antigüedad puede regir la vida actual de sus practicantes? 

La respuesta radica en entender el objetivo del estudio de la Torá y el Talmud. Los casos que lo componen no son más que ejemplos. Lo esencial son las reglas que envuelven cada caso. El objetivo es lograr la abstracción del caso y entender las reglas con lujo de detalle y clara definición. Una vez logrado esto, dichas reglas se pueden aplicar a cualquier caso actual y llegar a un dictamen ‘halájico‘ acertado (o sea: fiel a la filosofía y ley del judaísmo).

Una persona versada en la ley judía y con la aprobación necesaria, se convierte en ‘posek’ (legislador). Dicho cargo lo autoriza a legislar. El posek debe sumergirse en los nuevos casos en profundidad: analizar el funcionamiento de cada elemento, los resultados técnicos, la información médica disponible y todo lo que sea necesario. Con la información recopilada y las reglas y filosofía de la Torá estudiadas e incorporadas a su ser, llega al veredicto esperado. Es así como cada generación cuenta con sus poskim (legisladores) que le aportan dinamismo a la Torá y nos permiten saber el veredicto judaico sobre los casos actuales.

Jonathan Berim
Twitter: @JonathanBerim

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