¿Cuantos veces por año es Yom HaShoa? ¿Muchos judíos se opusieron al Dia Del Holocausto? ¿Iom Hashoa representa o contradice a los valores judíos? ¿Es correcto recordar lo ocurrido? ¿Qué podemos hacer nosotros?
por Jonathan Berim – Twitter: @jonathanberim
Si de un tratado Talmúdico se tratara, habría que empezarlo de esta manera: “Tres son los días de Conmemoración de la #Shoa (#Holocausto) y estos son: el día 10 del mes de Tevet, el día 27 del mes de Nisán y el día 27 del mes de Enero”. En breve lo entenderemos.
La Shoa fue una tragedia sin parangón en la historia judía; y decir esto de una historia como la judía que está plagada de tragedias, es decir mucho. 6.000.000 de judíos, entre ellos un millón de niños, fueron asesinados por la maquinaría de la muerte de Adolf Hitler.
Se hace hasta difícil dimensionar la magnitud de la cifra. El ejemplo que publiqué hace tiempo y me parece el más tangible es pensar que si quisiéramos rendir un minúsculo homenaje de un minuto de silencio a cada una de las víctimas, tendríamos que estar callados ¡más de 11 años!
La Segunda Guerra Mundial finalizó en 1945 y poco a poco se fue revelando la magnitud de la tragedia y los detalles de las Solución Final. El primer impulso lo dio el General norteamericano Eisenhower al visitar el campo de Ohrdruf, un anexo de Buchenwald, en Alemania.
Fue ahí dónde se cochó con la tragedia: montañas de cuerpos de prisioneros ejecutados de un tiro en la cabeza y piras de cadáveres quemados aún humeantes. Fue un shock e inmediatamente pidió documentar todo y eliminar la censura. Que se sepa lo ocurrido.
Ya durante la #Shoa los rumores sobre la tragedia iban llegando a la Tierra de Israel y comenzaron a aflorar monumentos conmemorativos, a pesar de desconocer la magnitud de los hechos. Se estimaba una masacre de un millón de judío. También surgió el proyecto del @yadvashemES.
Si bien gobernaba aún el Mandato Británico, ya funcionaban la gran mayoría de instituciones que luego serían parte del Estado de Israel, entre ellas el Gran Rabinato. Ellos vieron la necesidad de fijar una fecha de conmemoración de lo ocurrido y crearon una comisión a tal efecto.
La comisión tuvo la difícil tarea de elegir en qué día puntual conmemorar una tragedia que tuvo lugar los 365 días del año y por varios años. La primera decisión fue elegir un día relacionado al exterminio de los judíos de Varsovia.
Se eligió dicha comunidad por su importancia, antes de la guerra contaba con unas 350.000 almas. La segunda comunidad judía más grande del mundo, sólo superada por Nueva York. Un tercio de la ciudad eran judíos. Un 90% fue asesinado.
Surgieron dos propuestas: el 8 de Av que fue el dia en que los nazis comenzaron la deportación de judíos de la ciudad a los campos de exterminio (1942) y el 14 de Nisán que fue el dia del comienzo del levantamiento en armas del los confinados al gueto judío de Varsovia (1943).
Las dos opciones fueron rechazas por tratarse de vísperas de importantes fechas religiosas: Tisha beAv y Pésaj. Así se llegó a una tercera opçión: el día 10 del mes de Tevet (Asará Betevet), que ya era un día de luto asociado a la destrucción de Jerusalem.
En 1949, el Gran Rabinato de Israel, dirigido por los grandes rabinos Ben Tzion Meir Jai Uziel e Itzjak Halevi Herzog (abuelo del actual presidente de Israel), decretó que el Día del Recuerdo del Holocausto sea en esta tercera opción.
Este día pasó a ser también el día del “kadish general”, día del año elegido para decir esta plegaria fúnebre por todos los asesinados cuya fecha de deceso se desconoce.
El 10 de Tevet de ese año (28 de diciembre de 1949) se conmemoró el primer día de la Shoa. Hubo un acto conmemorativo, transmisión especial en la radio y se enterraron en Jerusalem los restos de miles de judíos traídos del campo de concentración de Flossenbürg, cerca de Múnich.
Lo mismo ocurrió al año siguiente pero en 1951, el Parlamento de Israel decidió convertir el Dia de la Shoa en ley, hizo caso omiso a la elección de Gran Rabinato, y volvió al debate. Las propuestas eran: 14 de Nisán, 10 de Tevet y 1ero de Septiembre, fecha de comienzo de la 2GM.
Finalmente se eligió el mes de Nisán pero no el 14 sino el 27, que ya es luego de Pesaj, en los días de duelo de la Cuenta del Omer y queda cronológicamente alineado con el Día del Recuerdo de los Caídos y el Día de la Independencia que son la semana siguiente.
Ese día era ya un día de luto en el Ishuv (la Palestina judía de antes de Israel) por ser el aniversario del comienzo de la Revuelta Árabe contra los judíos de 1936. Una de las polémicas surgidas fue que el mes de Nisán es un mes de alegría y no se realizan ceremonias de luto.
La ley fue sancionada en 1951 como el Dia del Holocausto y las Revueltas de los Guetos pero levantó críticas por denostar a los asesinados en pos de los que lucharon. Finalmente se llamó el Día del Recuerdo del Holocausto y la Fortaleza.
Desde su sanción, este día incluye dos minutos de silencio y pausa en todo el país (acompañados por una sirena), conmemoraciones, actos públicos, banderas a media asta y transmisiones alusivas en los medios de comunicación.
El tercer día es el “Día Internacional de Conmemoración anual en memoria de las víctimas del Holocausto” conmemorado el 27 de enero que fue sancionado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2005 para concientizar al respecto.
Este día es el aniversario de la liberación por parte de los soviéticos del campo de concentración y exterminio Auschwitz-Birkenau (1945). Una curiosa coincidencia es que Enero y Nisán son los primeros meses de sus calendarios por lo que ambos días caen el día 27 del primer mes.
Un día extra en esta lista es el 9 de Av, el día más triste del calendario judío. En Tishá beAv se recuerdan todas las tragedias sucedidas en dicho día y se recitan las Kinot (Lamentaciones). Muchos rabinos importantes compusieron lamentaciones alusivas al Holocausto.
Si bien la memoria y reflexión es importantísima, el hacer silencio por unos minutos no es una costumbre judía. Como judíos buscamos perpetuar a quienes se trató de exterminar y eso lo logramos fortaleciendo nuestra conexión con el judaísmo.
Es así que hay muchas otras costumbres enriquecedoras: leer Tehilim, realizar clases de Torá o buenas acciones en memoria de los fallecidos, poner sus nombres a los niños que nacen, replicar las instituciones que fueron destruidas y muchas más.
Muchos combinan ambas y durante los minutos que suena la sirena, además de pararse respetuosamente como ya se acostumbró, recitan algún rezo en la memoria de los caídos y buscan mentalmente una buena acción para comprometerse a realizarla en su memoria.
La memoria de lo ocurrido es esencial para nuestro crecimiento como sociedad. Sólo recordando e identificando las causas de semejante tragedia podemos eternizar a las víctimas y evitar que se repita.
Cada año quedan menos sobrevivientes que puedan contar lo que vivieron. Somos la última generación que tiene el mérito de poder escuchar sus testimonios en vivo y en directo. Hagámoslo y convirtámonos nosotros en nuevos testigos en la cadena de la memoria. #NuncaMas