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Iom Kipur y Tishá beAv: el juego de las diferencias

Si nos pidieran buscar el día del calendario judío más parecido a Iom Kipur, muchos responderían sin dudarlo que es Tishá BeAv. Pero ¿Por qué? ¿Es tan así?

por Jonathan Berim (@JonathanBerim)

En todo el calendario judío hay solo dos oportunidades en las que se ayuna desde la puesta del sol de un día hasta la salida de las estrellas del siguiente: el noveno día del mes de Av, Tisha beAv, y el décimo día del mes de Tishrei, Iom Kipur. 

Pero esta no es la única coincidencia entre ambos. En ellos rigen las “cinco aflicciones”. La abstención total de cinco acciones reconfortantes: la ya mencionada prohibición de comer y beber, higienizarse por placer, untarse lociones, calzar zapatos de cuero y las relaciones maritales. 

Ambos tienen días de preparación para dicha fecha: los días de bein hametzarim en Tishá beAv y los días de Teshuvá en Iom Kipur. Siguiendo con las similitudes: ambos son precedidos por una comida especial, la última antes del ayuno, y, al culminar, un sentimiento de alegría invade a la congregación.

El rezo que se recita en la primera mitad del mes conocido como “la bendición de la luna”, suele ser postergado hasta luego del día de ayuno tanto en el mes de Tishrei como en el de Av.

Llegados a este punto, pocos creerían que ambos días son diametralmente opuestos. Es verdad, coinciden en muchas de las prácticas rituales pero las mismas surgen de orígenes muy diferentes: la desgracia y bondad de Dios.

Es similar a Marcos y Alberto en el registro civil. Los dos caminaron hasta la dirección del lugar, ambos atravesaron el umbral, ambos aguardaron la fila de espera y también se presentaron ante la ventanilla. Sólo que Marcos fue a registrar el nacimiento de su hijo y Alberto la defunción de su padre.

Tishá beAv es el punto cúlmine de la tristeza en el año judío. Comenzó con el falso reporte de los espías y el llanto y castigo a la generación del desierto, y se fue incrementando con las desgracias que acaecieron en dicha fecha. 

Es por eso que todas las costumbres del día giran en torno al sufrimiento y a la tristeza: en lo días previos se va incrementando las prácticas de pesar, la comida previa se hace en el suelo y con un huevo duro (u otra comida de dolientes) y cuidamos las cinco aflicciones para representar y vivenciar el duelo colectivo que estamos padeciendo.

Lo mismo para las prácticas posteriores: suspendemos “la Bendición de la Luna” hasta después del ayuno ya que no tenemos ánimo suficiente para realizarla y la alegría que se siente al terminar es por el consuelo que surge luego de la aflicción.

Así pues que shabat desplaza al ayuno de Tishá beAv ya que no rige el duelo en dicho día y se ayuna el domingo posterior. Pero de coincidir shabat y Iom kipur, si se realiza el ayuno ya que nada tienen que ver con tristeza y duelo.

Iom Kipur, en cambio, es un día de fiesta y alegría. Es considerado un “shabat shabaton” (algo así como un super shabat). La comida previa se hace como cualquier comida festiva, con carne y vino. Las cinco aflicciones tiene como objetivo expiar las transgresiones cometidas durante el año y elevarnos hacia la categoría angelical.

Incluso la “Bendición de la Luna” se posterga para poder realizarla como personas puras y libres de pecados y la alegría que invade al terminar dicho ayuno es originada por la felicidad de la expiación alcanzada. Inclusive si coincide con shabat se realiza el ayuno, ya que él mismo nos eleva a una categoría superior de “oneg” (deleite, una de las mitzvot de shabat). Un nivel que trasciende el placer que se alcanza en un shabat normal, de ahí la categoría de “super shabat” que tiene iom kipur. 

Iom Kipur es un regalo de Dios. Un día único que nos permite, con el adecuado arrepentimiento y el cuidado de sus normas, conseguir un “borrón y cuenta nueva” de nuestro balance interno. Un nuevo comienzo con un cuaderno espiritual pulcro e inmaculado. Una inyección de pura bondad Divina en medio de los días del juicio.

Tisha beAv es un día tan triste, que quién puede comer. En cambio, Iom Kipur es un día tan alegre, que quién necesita comer. ¡Que podamos llegar a sentirnos así en estos días tan solemnes!

Que Dios nos ayude a conseguir la expiación y tener un nuevo y feliz año lleno de alegría y buenas acciones.

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