Escala de Valores

por Jonathan Berim (Twitter: @JonathanBerim)

Llegando al final de la travesía de los cuarenta años por el desierto, estando acampados los iehudim en la margen oriental del Iardén (Jordán), nos relata la Torá un pedido muy particular (Bamidbar, Capítulo 32).

Las tribus de Reuvén y Gad tenían cantidades imponentes de cabezas de ganado y vieron con buenos ojos la idea de ocupar las tierras de Iazer y Guilad. Estos terrenos fueron conquistados muy poco tiempo atrás, eran parte de los reinos de Sijón y Og, y poseían cualidades especiales para la ganadería. Fue así que los miembros de estas dos tribus se acercaron a Moshé, Eleazar, Cohen Gadol, y los líderes de la generación para pedirles permanecer en estas tierras.

Moshé, entendiendo que querían eximirse de participar en las batallas para la conquista de la Tierra, los recrimina y ellos replican que: “Construiremos establos para nuestros animales y ciudades para nuestros niños; luego, cruzaremos nosotros“. O sea: garantizaremos la protección de nuestro ganado y de nuestros hijos en los territorios recién conquistados y, luego, cumpliremos nuestro deber yendo a la guerra con nuestros hermanos, a la vanguardia del ejército.

Rash”i, el principal comentarista, de la Torá, hace en este diálogo una aclaración muy interesante. Destaca cómo en el pedido, antepusieron la seguridad y el bienestar de sus rebaños a la de sus propios hijos. Es por eso que Moshé, al aprobar su idea, lo primero que hace es corregir el orden y, por lo tanto, la importancia que se les da a las cosas: “Primero construyan ciudades para sus hijos y, recién luego, establos para los rebaños”.

Este breve comentario de Rash”i nos enseña algo trascendental para la vida. Cada decisión que tomamos es el reflejo de nuestra escala de valores interna.

Si optamos por proteger al ganado (léase auto, ahorros, ropa, cualquier bien material), antes que a los hijos (parte de los bienes trascendentes e importantes de la persona); algo está fallando.

Esto se puede aplicar a cualquier elección cotidiana de la vida. Todo se puede leer profundamente en una lucha de prioridades. Qué importa realmente más para uno. Teniendo delante la posibilidad de ayudar al prójimo necesitado que nos pide una ayuda para comer y la usar esa plata para comprarnos una golosina en el quisco (adaptando el ejemplo a la edad y las circunstancias); estamos haciendo mucho más que la elección entre ambas. Estamos concretando en un hecho la escala de valores interna que cada uno desarrolla a diario. En esa escala, ¿está primero ayudar al necesitado o el placer personal?

Suena el despertador. Uno se debate entre levantarse al frío de la mañana o seguir durmiendo calentito en la cama. La decisión dependerá, nuevamente, de nuestra escala de valores. ¿Tiene más relevancia para nosotros el cumplimiento de nuestras obligaciones o el placer de dormir un rato más?

Elección de pareja. Continuar con la relación actual, sobre la que ambos estamos convencidos de que “no lleva a ninguna parte” debido a las grandes incompatibilidades que nos separan (de la índole que sea) o “cortamos por lo sano”. ¿Cuál es el trasfondo? Elegir entre el disfrute intrascendente actual o una relación firme y duradera que lleve a ambos participantes al crecimiento auténtico y desarrollo conjunto. Encima, cada momento de indecisión (justamente por la falta de claridad en la escala de valores), es muy perjudicial para ambos.

Dice el Rab Dessler que son muchos los que sufren con cada momento de soledad que tienen. ¿Por qué? Porque estando solo uno está consigo mismo, se analiza, se mejora. Pero para hacer esto se tiene que querer. Muchos prefieren ‘seguir avanzando’ como hasta ahora (sin importarles a donde están yendo), a ‘sacar el pie del acelerador’, reflexionar y encontrarse con uno mismo.

No es algo que otro pueda hacer por nosotros. Tener un plan definido, un rumbo en la vida y, por consiguiente, una escala de valores adecuada (que permite ver las cosas con la óptica correcta y tomar las decisiones adecuadas); es un gran paso en nuestro trabajo individual en pos del objetivo de ser, cada día, mejores personas.

Esta entrada tiene 7 comentarios

  1. Sheli Hodara de Sasson

    muy bueno, asi es hay que reflexionar sobre nuestro accionar y hay que saber tener avhat israel. y sobre todo quererse a uno mismo y valorarse

    1. jonathanberim

      Muchas gracias. Ojalá podamos lograrlo!

  2. Daniel ulfkelman

    Estoy plenamente convencido que es así y también cuando hablamos de nosotros también reconocemos la importancia que hay que darle a la autoestima que tiene que ver también con la escala de valores .Bravo continúa así bh.

    1. jonathanberim

      Muchas gracias!

  3. Robert Stern

    Buenas reflexiones. La esencia es de ser proactivo, de luchar cada momento para perfeccionar su escala de valores y no coger el camino fácil que sin duda muchas veces es más cómodo. El mejor ejemplo es la educación de los hijos. Uno puede elegir el camino más cómodo y dejarlos a ellos ” elegir” pero sin enseñarlos los caminos o darles los valores morales y de ética como nos enseña nuestra sagrada Torá pero esto por supuesto constituye una lucha diaria ( positiva) y una perseverancia incansable. La importancia ( para cada uno de nosotros)de las cosas la establecemos nosotros según las prioridades que le damos, igual como establecemos el valor de una Mitsvah según luchamos para ella y la corona que le ponemos. Hazak HuBaruj

    1. jonathanberim

      Muchas gracias por lo comentarios! Jazak veemats!

  4. peisaj eliezer

    Inteligentes reflexiones

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