El viaje del primer ministro de Israel, Naftali Bennett, durante la mañana de shabat, para entrevistarse con Vladimir Putin provocó una ola de consultas ¿Puede el PM profanar el shabat? ¿Debe recibir autorización para ello? ¿Es correcto lo que hizo?
por Jonathan Berim – Twitter: @JonathanBerim
Naftali Bennett encabeza el trigésimo sexto gobierno y es la décimo tercera persona en ocupar el cargo. Es el más jóven en llegar al puesto (49 años) después de Netanyahu (quien asumió a los 47). Pero marcó un hito en la historia del país: es el primer PM judío observante.
Según el mismo declara, se identifica con la corriente ortodoxa moderna, viste la tradicional kipá, come #kosher y respeta las reglas del shabat. Estás últimas tienen como objeto evitar los trabajos creativos para encauzar dicho día hacía lo familiar y lo espiritual.
Entre las leyes de shabat encontramos las prohibición de viajar, algo que el primer ministro hizo ayer durante el día sagrado para juntarse en Moscú con Vladimir Putin. ¿Dejó entonces de ser el hombre observante que llegó hace unos meses al cargo? La respuesta es que no.
Las complejas normas de shabat incluyen una importante excepción: el riesgo de vida (en hebreo: “pikuaj nefesh”). La halaja (ley) es una materialización práctica de ideas altruistas y, por momentos, algo abstractas. Es la formar de poder incorporar dichos ideales sublimes.
Los valores de shabat son: trascendentales, eternos y enriquecedores. Pero el valor de la vida supera incluso a tan elevados objetivos. El objetivo de Bennett fue interceder entre Rusia y Ucrania en la guerra que está cobrando ya miles de vidas (en Ucrania viven 42m, 260k judíos).
La posibilidad de lograr una mediación exitosa en el conflicto, frenar la invasión y, por lo tanto, salvar miles de vidas, convierte el viaje en shabat, que en condiciones normales es una transgresión, en una mitzvá (un mandamiento positivo).
Viajar es cumplir con la ley y abstenerse de hacerlo es condenado. Comenzamos así a responder las preguntas: el PM no violó las normas de shabat con su accionar, todo lo contrario, respetó shabat de la mejor manera.
Ahora bien, ¿es necesario que el primer ministro consulte sobre su accionar a un rabino? Es verdad que el judaísmo nos insta a tener un “rabino de cabecera” (Talmud en Abot 1:6). El objetivo es tener un maestros que nos pueda guiar en momentos de crisis y dubitación.
Por otro lado, la autoridad del Primer Ministro de Israel, es política, militar, histórica y quizás hasta nacional del pueblo judío pero no es necesariamente halajica. Así como en medicina la autoridad es el médico, en ley judía la autoridad es el rabino.
Siendo así y con un primer ministro observante, resultaría que quien toma las decisiones de Estado no es el PM sino su rabino o maestro religioso. Pero no es así. El judaísmo tiene democratizado el acceso al conocimiento y ser rabino indica saber ciertas cosas.
Lo óptimo es que todo judío que quiera vivir de forma observante de la ley judía, acceda directamente a las fuentes y se familiarice con las mismas. En dicho caso, el rabino queda como fuente de consejo o consulta ante lo desconocido.
Es así que el primer ministro y todo judío observante y todo ser humano, debe decidir por si mismo en todo momento de su vida. Siendo así, el que toma las decisiones de Estado es exclusivamente el PM electo.
En caso de desconocer una ley, puede (y debe si quiere seguir la halaja) consultar a un rabino capacitado, como consulta con un economista a la hora de decidir sobre las finanzas o a un militar en cuestiones de seguridad. Sin pensar que estos últimos le vayan a quitar el cargo.
Quiera Dios que la valiente intromisión del jefe de Estado de Israel ayude terminar de una vez con esta terrible invasión y traiga la paz en Ucrania.